La sal marina está contaminada de plástico, pero la sal Fossil River es libre y pura.
¿Alguna vez te has preguntado cómo nos pueden afectar los productos extraídos de mares y océanos, especialmente la sal marina contaminada?
La contaminación del agua marina es cada vez más notable por lo que la sal marina contaminada también. Su presencia en mares y océanos se ha ido incrementando en las últimas décadas, haciendo que sufran una constante degradación y empobrecimiento de los ecosistemas marinos; pero no solo afecta en este sentido, sino que, al final, los humanos también nos vemos perjudicados.
Según la ONU, cada minuto se vierte al océano una cifra equivalente a un camión de plástico, lo que supone casi 1500 camiones al día, 525000 camiones al año.
El plástico es uno de los elementos más utilizados para las industrias y, además, es uno de los más difíciles de degradar.
Normalmente, los plásticos vertidos se acumulan tanto en las profundidades como en la superficie según su naturaleza. Concretamente, los microplásticos corresponden a partículas pequeñas de menos de 5 mm, invisibles al ojo humano e indestructibles.
Un equipo de la Universidad de Plymouth, demuestra por primera vez en 2004 que los microplásticos son una gran fuente de contaminación de la vida marina.
Estas micropartículas tienen diferentes orígenes antrópicos:
- Productos cosméticos como jabones exfoliantes o dentífricos con cápsulas
- Degradación de plásticos de envases y otros objetos
- Microfibras del lavado de ropa sintética
Las micropartículas de plástico suponen un gran problema, ya que todos los productos procedentes del mar pueden contener dichos contaminantes.
La principal entrada de los microplásticos a la cadena alimentaria es a través de los organismos de zooplancton que confunden los microplásticos con su alimento, como se visualiza en este vídeo:
El zooplancton forma parte de la dieta de la mayoría de especies marinas, aumentando el riesgo de que los contaminantes marinos lleguen hasta el ser humano metiéndose de lleno en tu cocina.
Investigadores del departamento de ingeniería química de la Universidad de Alicante, realizan un estudio entre septiembre de 2016 y junio de 2017 de todas las costas españolas, publicado en la revista Nature que demuestran que los plásticos ya se pueden encontrar en la sal que producen las salinas marinas.
El trabajo liderado en Alicante por María Íñiguez, Juan Conesa y Andrés Fullana sugiere que, si se respeta la ingesta máxima de sal que recomienda la OMS (5 gramos diarios, como mucho), el consumidor español come cada año una cantidad teórica de 510 micropartículas de plástico.
¿Te has preguntado si la sal puede provenir de otro lugar que no fuera el mar contaminado?
Pues sí, existe un lugar único en Villena, Alicante, donde la sal de la marca Fossil River se extrae de un río subterráneo.
El origen de esta sal se remonta a unos 200 millones de años, cuando parte de la península ibérica estaba bañada por el mar Tetis,
provocando, con el tiempo, que la sal de aquel mar acabe, hoy en día, formando parte del subsuelo.
En la actualidad, los ríos subterráneos de agua dulce de la zona, al discurrir por lo profundo, arrastran todos los minerales,
sales y oligoelementos que sedimentaron en las profundidades.
Estos ríos emergen en forma de manantiales salados en la salina de Villena, de donde se extraen las escamas de sal gourmet Fossil River.
Esta salina, conocida como Salina de la Fortuna, no tiene conexión alguna con mares ni océanos,
ya que se encuentra a 40 kilómetros de distancia del mar.
Fossil River es la única sal gourmet española de río con más de 30 variedades en su gama de productos.
El laboratorio Analític Valles ha realizado un estudio para conocer la existencia de microplásticos de la sal Fossil River.
En la investigación no se ha observado ninguna partícula de microplásticos, de modo que la concentración de microplásticos en la sal Fossil River es cero partículas por litro.
Esta sal gourmet de río, se puede encontrar online en www.salgourmet.es, Amazon y físicamente en el supermercado El Corte Inglés y Alcampo, además de tiendas especializadas gourmet.
Lo más importante es concienciarnos sobre este problema que nos viene acechando durante algunas décadas y que tenemos la obligación moral de cuidar los mares y los océanos, para así asegurarnos de una buena alimentación de calidad y libre de elementos tóxicos.
Firma las siguientes iniciativas de Greenpeace:
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